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Ahorro y funcionamiento básico de las calderas de condensación


El sector doméstico representa hoy un 23 % del consumo total de energía final en la Comunidad de Madrid, y dos tercios de ese porcentaje corresponde a calefacción y agua caliente sanitaria. Se trata del segundo sector con mayor consumo en la actualidad, por lo que el ahorro de energía puede alcanzarse con la utilización de equipos más eficientes puede impactar de forma notable sobre el volumen total consumido. 

Con estas calderas es posible alcanzar rendimientos estacionales de hasta el 109 % frente al 80% de las calderas de baja temperatura. Ya que se trata de unas calderas más eficientes al aprovechar el calor latente al condensar el vapor de agua de los humos, con lo que se consigue, además mejorar el aprovechamiento de la energía, esto es, reducir el consumo del combustible utilizado y la emisión de sustancias nocivas. 

Su implantación y presencia a nivel europeo es ya importante en países como Alemania, Reino Unido y Holanda. 

Las calderas de condensación se fabrican con materiales especiales de modo que soporten las condensaciones sin deteriorarse, siendo este el fenómeno deseado y con diseños que permiten la correcta evacuación de condensados. Utiliza temperaturas del agua de retorno entre 35-40º. 

Cuanto menor sea la temperatura de retorno del agua mayor es el aprovechamiento de la energía. 

La condensación es el proceso físico que consiste en el paso de una sustancia en forma gaseosa a forma líquida. Este cambio de fase genera una cierta cantidad de energía llamada calor latente. 

Una característica propia de este tipo de calderas es la necesidad de evacuar los condensados producidos, lo que implica disponer de los medios para llevarlos al desagüe y poder neutralizarlos si fuese necesario. 

Cuanto mayor sea la cantidad de agua condensada, mayor será la efectividad de la caldera de condensación. 

Con el gas natural se pueden llegar a producir 155 gH2O/KWh pci nominal, supondrían, 4,65 l de condensados por hora. 

Estos condensados no deben afectar a la combustión, para ello, en la salida del circuito de humos debe incluirse un colector de material apropiado para recogerlos y evacuarlos al exterior de manera continua. 

En cuanto a la instalación de la chimenea, deben tenerse en cuenta las siguientes precauciones: 

- Evitar tramos horizontales que pudieran suponer la acumulación de condensados. Deben mantenerse pendientes del 3 % en todo el recorrido. 

- Situar un punto de drenaje en la parte más baja de la chimenea, con conexión a desagüe en calderas conectadas en serie. 

- Las juntas de los entronques de las chimeneas tienen que ser apropiadas para la agresividad de los condensados que puedan aparecer. 

En lo relativo a los conductos de evacuación de humos son de aplicación los requisitos comunes al resto de calderas. 

Además de los dispositivos de seguridad propios de una caldera (seguridad por sobretemperatura, presencia de llama, presión etc.) las calderas de este tipo deben incluir sistemas de seguridad particulares relacionados especialmente con la evacuación de humos y condensados.

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